PRI se echa para atrás con el tema de la presa de la Tranquilidad
, al admitir errores y reconoce que el agua en la capital está garantizada a corto plazo.
PRI se lava las manos, de acusar al municipio a pedir perdón.
Tras la polémica por la presa de La Tranquilidad, diputados del PRI, junto con el síndico y un regidor del Ayuntamiento de Guanajuato Capital, ofrecieron una rueda de prensa que terminó siendo más una disculpa pública que una postura firme.
Los priistas reconocieron que la obra no es una prioridad inmediata y que la administración municipal ya tiene resuelto el abasto de agua para los capitalinos. En pocas palabras, el partido terminó avalando las acciones del gobierno capitalino que días atrás habían intentado descalificar.
El diputado Alejandro Arias aceptó que el proyecto quedó fuera de la cartera de inversión de Hacienda por falta de respuesta a observaciones y que ahora lo único que buscan es mantenerlo vivo como opción a largo plazo. Aun así, insistió en que se debe mantener vigente “a largo plazo” como alternativa para el futuro, aunque sin precisar costos, beneficiarios ni plazos.
Sin embargo, al tratar de deslindarse de cualquier señalamiento, los priistas reconocieron que la presa acarrea sospechas de posibles beneficiarios inmobiliarios. En ese punto, su postura fue contradictoria: aunque admitieron que la duda sobre quiénes podrían ganar con la compra de terrenos es legítima, insistieron en que quienes señalan “intereses privados” no han presentado pruebas ni nombres concretos.
En medio de explicaciones técnicas y llamados a la transparencia, lo cierto es que el PRI tuvo que matizar su discurso, pasó de señalar negligencia a admitir que el municipio sí está atendiendo el problema inmediato del agua, mientras la presa de La Tranquilidad sigue siendo un proyecto incierto, cargado de dudas y que solo podría concretarse en futuras administraciones.
En imágenes Andrés Martínez para el 28 de Guanajuato Victoria Vera.
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