Colores, piñatas y valores; Delia Romero
, la artesana del Mercado Hidalgo, que teje tradiciones, apoya a sus colegas y lleva los juguetes de México a nuevas generaciones.
Entre colores vivos, papel picado y el eco de risas infantiles que parecen quedar atrapadas entre reguiletes y piñatas, el puesto de Delia Romero en el Mercado Hidalgo es un rincón donde las tradiciones mexicanas siguen vivas.
Desde hace más de 30 años, Delia se dedica a vender artesanías y juguetes tradicionales, adaptando su espacio a cada temporada del año: en septiembre, los tonos patrios lo visten todo; en octubre, las calaveritas y el papel picado anuncian el Día de Muertos; y en diciembre, las piñatas marcan el inicio de las fiestas navideñas.
“Nos preparamos con mucha anticipación. Ya desde meses antes hacemos piñatitas, compramos reguiletes, papel picado y todo lo necesario para que las familias disfruten cada celebración”, cuenta orgullosa la artesana, mientras acomoda muñecas de cartón y trompos pintados a mano.
Su puesto no solo atrae a los guanajuatenses. También los turistas extranjeros se detienen fascinados por los colores y la manufactura artesanal. “Ellos buscan lo hecho a mano, lo que representa nuestra esencia. Valoran lo que aquí todavía preservamos”, explica Delia, quien reconoce que muchos visitantes llegan recomendados, buscando justo ese pedacito de tradición mexicana.
Un círculo de apoyo artesanal
Más allá de su faceta como comerciante, Delia fomenta una red de colaboración entre artesanos: “Si a mí me va bien, a otros también. Es un círculo de favores: yo les compro, ellos me surten, y así todos tenemos trabajo”, comparte con una sonrisa.
Esa solidaridad se refleja en temporadas como diciembre, cuando la demanda de piñatas rebasa su capacidad de producción y suma a más manos artesanas para cubrirla.
Juguetes que transmiten valores
Pero quizá su labor más entrañable va más allá de la venta. Delia dedica parte de su tiempo a visitar escuelas y comunidades para rescatar el valor de los juegos tradicionales. A través de loterías, yoyos, peponas y trompos, explica a niñas y niños que jugar no solo es diversión: también enseña a convivir, a compartir y a trabajar en equipo.
“Antes jugábamos a las escondidas, a la matatena, al elástico… ahora los juegos son más individualistas. Nosotros tratamos de enseñar que un juguete sencillo puede unir y transmitir valores”, señala mientras muestra una muñeca de cartón, herencia de generaciones pasadas.
Tradición viva en el corazón de Guanajuato
En su local, el tiempo parece detenerse: cada juguete, cada adorno, cada piñata cuenta una historia. Delia Romero no solo vende artesanías; preserva un pedacito de México para las nuevas generaciones y para el mundo que llega curioso a descubrirlo.
“Es bonito cuando alguien me dice: ‘yo la conozco, la he visto en su puesto’. Eso significa que seguimos siendo parte de la vida de la gente”, dice emocionada.
Así, entre papel picado y reguiletes, la artesana del Mercado Hidalgo continúa con su misión: mantener viva la tradición y demostrar que el juego, la convivencia y el colorido mexicano nunca pasan de moda.
En imágenes Andrés Martínez para el 28 de Guanajuato Victoria Vera.
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